jueves, 16 de abril de 2009

Música del Alma

Por: Mariana Ayala



A Pedro Vásquez Reyes lo conocen como Don Pedro y no solo por su edad si no por su bebida favorita y vicio empedernido, “el apodo me quedo como anillo al dedo” dice Pedro con una sonrisa forzada.

El señor Vásquez toca el clarinete en las calles del centro de Monterrey, su lugar favorito es Morelos, ya que dice que ahí se juntan a tocar varios mayores al medio día.

Con la mirada cansada y las manos arrugadas, Don Pedro cuenta como es que acabo tocando en las calles, “cuando yo era muy chico a mi papa no le gustaba la música, no, a el le gustaba irse a trabajar, el trabajaba en ranchos, pero mi mama, siempre cantaba y bailaba conmigo”.

A los 9 años. Don Pedro llevaba la clase de música en la escuela primaria, se metió a la banda de guerra en donde aprendió a tocar la flauta.

Años después trabajo en varias construcciones y trabajos que según dice el “no vale la pena mencionar” y junto dinero para comprarse el clarinete que ahora porta con mucho orgullo y cariño, “este clarinete tiene ya 20 años conmigo, al principio tocaba y se reían de mi por que sonaba feo, pero ahora me dan monedas por la música que sale de este lado” sonríe Don Pedro mostrando el lado inferior del clarinete.

Al preguntarle si ha tenido problemas con la bebida, Don Pedro con su rostro moreno y sus grandes ojos cafés me ve y por un momento calla, después dice “depende de con quien este”, dice que su esposa Doña Leticia lo ha corrido ya varias veces, pero sus amigos la pasan muy bien cuando el esta “Don Pedreando” ya que disfrutan de la música que toca a la hora de reunirse a tomar.

Solamente tiene un hijo, y al preguntarle acerca del solo respondió “es buen muchacho mi hijo” volteando la cara hacia la calle, no dijo más.

Lo que mas le apasiona a Pedro es la música y lo que mas le molesta son los policías, ya que el dice “están ahuevados en chingar a todos”, lo han llevado a la cárcel ya varias veces por tomar en vía publica, por alterar el orden y por dormir en la calle.

“Toco en las calles por que aquí están mis compis y a la gente pues, le gusta…además es dinero rápido y me compro lo que necesite, una soda, una botellita cuando va bien”

A Don Pedro se le ve un poco flaco y menciona que es por que se la pasa mucho tiempo en la calle y con sus amigos, los cuales no se reúnen precisamente a cenar, sino a tomar y a platicar dice sonriendo.

Lleva tocando en la Plaza Morelos aproximadamente seis meses, dice que no dura mucho tiempo en un mismo lugar debido a que “la gente se puede acostumbrar y ya no dan monedas”.

Cuando se le pregunto que si ha tratado de ir a bares para hacer de esto una profesión mas estable, respondió con seriedad “no es lo mismo tocar en un lugar cerrado y con alguien que te diga que hacer”.

Lo vi tocar un rato y la música que despide de su instrumento es relajante y con un aire de jazz, el dice que nunca ha estudiado música mas que en la escuela primaria, que simplemente es lo que para el “se escucha bonito”.

Pedro Vázquez Reyes es un personaje que mucha gente recuerda por que no es común encontrar un clarinete en las calles, aparte Don Pedro tiene carisma y es agradable a la vista debido a su sonrisa sincera y su semblante pacifico y armonioso.

miércoles, 15 de abril de 2009

Del bar al café

Por: Patricia Salazar
“Empecé como bar tender en las Alitas de Linda Vista” dice entre risas Alan Mejía.

De tez aperlada, robusto, con barba, anteojos, estatura 1.78 cm ese es, Alan Mejía. Con 22 años de edad, él es hijo, novio y un joven empleado, honesto y trabajador.

Viviendo en la colonia Hércules con sus hermanos, Nidia y Daniel, y su madre, Guadalupe, este joven desea seguir trabajando y continuar con sus estudios, esto para cumplir con sus expectativas de un futuro.

En una entrevista en su actual trabajo, Starbucks sucursal Churubusco, y vistiendo el uniforme que caracteriza a los Partners del lugar, pero sin el mandil (cuestión de políticas de la empresa), comentó sus inicios en el ámbito laboral, esto con el fin de apoyar a su madre con los gastos.

Empezó en el Starbucks de Gómez Morín como barista en el que duró 6 meses; de ahí se cambió a la sucursal de las Américas y duró 1 año.
“En el 2007 entre a trabajar al Starbucks, pero he trabajado en otras sucursales” menciona con gran satisfacción Alan Mejía.

Aparte de supervisar, se encarga de la contabilidad de la sucursal, de asignarle los turnos a sus Partners, hace los pedidos, llena formatos y, además, hace las bebidas, sin olvidar sus principios, de barista.

En la actualidad no está estudiando.
Hace unos años, entró a la carrera de Diseñador Gráfico, pero, porque no tenía los recursos necesarios para seguir pagando la facultad, decidió abandonarla.
Pero en los próximos meses está pensando en retomarla, ya que la animación es algo que le llama su atención.

De su vida personal, comentó que vive con su familia; tiene una relación bastante estable con su novia, Sophia, con quien está a punto de cumplir cinco meses, los cuales han sido los más divertidos y lindos.

“Me la paso bien chido con ella; es divertida, alegre, extrovertida. Siempre tiene algo nuevo que contarme y hacer”, dijo.

Señor Bolero

Por: Sara Gallegos

Siendo un señor e hijo, sin una familia que mantener, Bertoldo con 36 años de edad, ha trabajado por 13 años, en lo que más disfruta y lo que más le gusta hacer que es bolear zapatos.
Mientras contaba su experiencia como bolero, estaba haciendo su trabajo, mostraba ser una persona muy amable.
Su vestimenta era con camiseta de rayas, pantalón de tela color azul marino, su forma de hablar era muy rápida, pues comentó “Mi papá me está esperando a terminar el trabajo, porque él es una persona muy exigente”.
La mirada que mostraba era muy rápida, por lo mismo que estaba boleando rápido, todos sus movimientos eran igual que su mirada.
Su trabajo lo enorgullece “prefiero trabajar de bolero, que estar de jardinero o algún otro oficio” comentó.
Para él no es trabajo, al contrario, le gusta y como ya lleva muchos años, no le hace falta estar en algún otro trabajo.
Mientras se la pasa en su puesto, su comida durante el día son tacos al carbón, tacos al vapor o tacos de enchiladas.
El lugar donde ha durado mucho tiempo trabajando en su oficio de bolero, es el mismo lugar donde fue la entrevista, en la plaza de la purísima.
El trabajo nunca le hace falta, aunque hay veces que tiene mucha gente, así, hay días que no hay gente, pero aún así le gusta estar en donde ha estado por mucho tiempo.
La vida es la que lo ha hecho trabajar de bolero, “no viene de familia, al contrario siempre vi a mis amigos ver este tipo de trabajo y me gusto, poco a poco me enseñaron y ahora me gusta mucho lo que hago y a lo que me dedico” comentó con la una voz de orgullo.
Aunque no tiene familia que mantener, aún así siempre tiene que tener un dinero guardado, para cualquier cosa que se le ofrezca.
Mientras estaba atendiendo a su cliente, se veía que no era algo que tuviese que hacer, sino al contrario, que le gusta y que se divierte haciéndolo, pues así va conociendo a mucho tipo de gente.
La vida que tiene es muy sencilla, pues se la pasó el día de hoy desde las 10 de la mañana, hasta las 7:30 de la tarde, en su puesto.
Siempre atiende bien a sus empleados, para él es importante que la gente se sienta a gusto, aparte que siempre le gusto hacer este oficio.
Los horarios en que se presenta en su trabajo varían, de un día a otro, puede que no vaya, pero es raro que no vaya, pues puede ser por alguna enfermedad, o puede ser por algún pendiente que tenía que realizar.
Desde que tenía 12 años, le gusto este trabajo, veía a sus amigos y compañeros de las colonias, como lo hacían y él aprendió de ellos.
Mientras estaba dando la entrevista estaba un hombre, al que le estaba boleando los zapatos, no había algún disgusto, sobre el trabajo que le estaba haciendo el señor Bertoldo.
Al contrario dejaba que el bolero hiciera su trabajo, mientras sostenía con sus manos el periódico del día del hoy y presentando atención en alguno que otra pregunta que realizaba hacia el señor Bertoldo.
Mucha gente los domingos es cuando se reúne en esta plaza que esta al centro de Monterrey y es cuando este tipo de trabajo es muy bueno, pues viene gente de todos lados y que además les gusta que les boleen los zapatos.
Este trabajo, es muy poco reconocido, pero aún así hay muchos y muy buenos boleros, como es este señor, que con una gran sonrisa acepto hacer la entrevista.
Existe desde hace mucho este oficio, en donde los boleros casi siempre están en las zonas, que hay más trabajo, en donde existen muchas empresas, para poder bolear algún que otro par de zapatos.
El señor Bertoldo dando la espalda a la cámara fotográfica es como demostró como hace su trabajo, moviendo de un lado a otro y rápidamente el trapo, para sacar un poco de brillo a un par de zapatos.
Mientras terminaba de bolear los zapatos de aquel señor, con una respiración agitada y una voz temblorosa dio la gracias por la entrevista y dijo “ Estoy para servirles”.

La pasarela de la vida

Por. Karla Ibarra.


Con gran nerviosismo, por no estar acostumbrada a dar declaraciones, sostuve una pequeña plática con Denise Tamez, una joven modelo regiomontana con grandes aspiraciones.
Tal charla se llevó a cabo en casa de una amiga de ella, mientras se encontraban en una tranquila reunión, disfrutando las vacaciones.

Denise Tamez es una chica de 20 años, nacida en San Nicolás de los Garza, Nuevo León.
Vive en la Colonia Cuauhtemoc, con sus padres, Genaro y Adriana, y su hermano menor, de 16 años, David.

Con 1.76 centímetros de estatura, su larga cabellera color negro, y una figura que demuestra que para ser considerada guapa no es necesario la delgadez extrema, además de tener un enorme potencial, esta joven tiene deseos de superación personal, tanto en su carrera y en su vida.

De momento no estudia, sólo trabaja, pero sus ganas de salir adelante la llevarán próximamente a las aulas de la universidad.

Sus inicios en el medio fueron de una forma completamente diferente a lo que una persona cree.
“Nunca pensé entrar a esto. A los 17 años entré a trabajar de demostradora a Soriana, de lo que me pusieran; necesitaba dinero”, comentó.

Ya con algo de bases cimentadas, siguió trabajando, debido a que su padre se encontraba incapacitado y otras cuestiones familiares.

“A los 18 años entré como edecán, pero me mandaban a eventos de marcas de cigarros y cerveza donde habían muchos hombres y a mi papá no le gustaba”, dijo.
Además de eso, dijo que eso a veces se le hacía incómodo, y que sus papás, sobre todo su padre, se quejaba

La vida le cambió, cuando en uno de los eventos donde ella estaba trabajando se acercó un promotor de una agencia de publicidad.
“Me dijo que si estaba interesada en trabajar con ellos, pero a mi papá se le hacía raro. Al final lo convencí de que me acompañara a ver que onda. No perdía nada con ir, y se le hizo atractivo lo que proponían y ya me dejó”, comentó Tamez mientras hacía memoria de las cosas.

“Primero empecé como edecán pero ya para otro tipo de productos, como cremas, marcas de zapatos, ropa, etcétera; todo diferente. Después, a la agencia le empezó a ir mejor y ya empecé a modelar en las pasarelas”, dijo, con una enorme sonrisa en su rostro, con la aparente felicidad de recordar ese momento.

Al hablar sobre este complejo y sofisticado mundo del modelaje, salieron a relucir los tabú sobre las rivalidades, cosa que a ella afortunadamente no le ha tocado.
“Una vez me tocó que me hicieran la famosa “novatada”, pero bronca fuerte no. Me dieron un vestido roto y disque tenía que salir con él, pero ya a punto de salir, todas se rieron, me regresaron y me dieron el vestuario que tenía que usar”, contó.

Entre otras anécdotas, recordó una “novatada” que le hicieron a un amigo, al darle un traje rosa para pasar a modelar en la pasarela de un evento de quinceañeras, pero a final de cuentas, lo regresaron a cambiarse con el vestuario correcto. El mundo de modelaje también tiene sus ratos amenos.

De la agencia comentó que trabajan tanto hombres y mujeres de distintas edades, y niños, con el fin de ser atractiva a marcas tanto establecidas como nuevas.

Además, dijo que la agencia va progresando, y próximamente tendrá una sesión de fotografías, tentativamente en Nueva York, esto para una nueva marca de ropa y accesorios para la familia.

De su vida personal, sus metas a corto plazo son claras: quiere regresar a estudiar. Además, tiene una forma sabia de pensar, pues piensa en un futuro.

“En agosto quiero entrar a estudiar Publicidad. En esto del modelaje, se va el físico, y luego ¿la sabiduría qué? Quiero tener una carrera para que me ayude a ser mejor y superarme”, recalcó.

Asimismo, cree que no será difícil combinar el trabajo con el estudio, pues tiene el apoyo incondicional de su familia y en su trabajo.

La charla terminó con una amena despedida, agradeciendo el tiempo de la joven.

Antes de regresar a la reunión con sus amigas, ya fuera de la grabación, comentó que se sentía apenada del aparente nerviosismo que mostró durante la entrevista, pues dijo que no está acostumbrada a hablar o dar declaraciones, pero que tendrá que aprender a hacerlo, ya que su carrera se lo exige.

jueves, 2 de abril de 2009

Un hombre excepcional

Por Mariana Ayala


Andrés Javelly Bortoni un muchacho alto, de tez a perlada y delgado es un “dealer” de sonido.
El 29 de enero de 1977 nace en Monterrey, Nuevo León Andrés. Un joven qué desde pequeño mostró un interés poco común en los estéreos de su casa, “Los empezaba a desarmar y grababa cosas en ellos”.


La primera grabación la realizó cuando tenía tan solo 10 años. Sus padres, que siempre fueron muy protectores, no objetaron ante esta fijación, ya que él siempre fue un buen hijo, aunque él menciona qué fue callado pero revoltoso.


Con la prueba y error, Andrés descubrió que con ciertos aparatos las grabaciones sonaban mucho mejor y, poco a poco fue adquiriendo aparatos que le ayudaron a llegar al sonido que sus exigentes oídos le pedían.


Estudió la primaria y secundaria en el Colegio Inglés, la preparatoria y la carrera en la UDEM de Humberto Lobo en dónde inicialmente curso la carrera de Licenciado en Administración de Empresas, pero al poco tiempo decidió cambiarse a Recursos Humanos, ya que pensó que le serviría más esta carrera para poder trabajar en el negocio familiar.


Por una parte Andrés se sentía contento de estudiar algo que sabia le sería útil para ayudar a sus padres y también una carrera que los mismos aprobaban. Pero su verdadera pasión como él sabia desde pequeño, era grabar en estudios.


Al año de graduarse de Recursos Humanos, Andrés voló a Los Ángeles, California a estudiar Ingeniero en Audio, esto fue durante el 2005, “Viví muchas experiencias muy padres, fue un año muy bueno” comenta Andrés con una sonrisa satisfactoria en su rostro, la escuela en la que cursó esta carrera se llamaba Recording Workshop.


Al llegar a Monterrey, ilusionado y feliz por ahora si poderse llamar un Ingeniero en Audio, la vida le sonrió y Mauricio Terracina (Ex Zurdok) lo contacto para pedirle ayuda en la producción del primer disco de División Minúscula, disco que por las altas ventas consiguió “Disco de Oro”.
En ese momento oficialmente comenzó la carrera de Andrés, después de ese proyecto participó en muchos otros, unos mas reconocidos que otros como: Volture, Cyria, Worice, Magdulia, entre otro más.


Andrés a parte de que tiene una pasión por los sonidos, es un Inventor, “Yo nací siendo inventor y con una grabadora en mano” dice entre risas. En su casa tiene paneles solares conectados a focos que producen luz, también tiene 3 mini motos que él con sus propias manos construyó a partir de patinetas y scooters.


Y como si esto no fuera suficiente, Andrés es un empresario gracias al negocio familiar, él pudo comenzar a construir plazas en donde renta locales comerciales para todo tipo de negocios, en Colinas de San Jeronimo tiene la plaza llamada “La Alahambra” en donde hay desde un bar hasta tiendas de ropa y comida.


José uno de sus trabajadores con el cual tiene una muy buena relación, ya que su padre también trabajó para la familia de Andrés, comentó con su cara de inocente que lo caracteriza, “Es muy buena persona, me gusta trabajar con el”.


Cuando la pregunta de ¿Qué es lo que mas feliz te hace? Surgió en la entrevista, Andrés con una pequeña sonrisa dijo “Me hace feliz complacer a la gente con mi trabajo o tocarle el alma a alguien sin conocerlo”.


Y comentó que lo que más le disgusta en todo el mundo es “La injusticia, la desigualdad, la explotación y las mentiras”.


A sus 32 años Andrés es una persona que es apreciada por muchos, sus amigos siempre hablan bien de él y confían en que si tienen problemas Andrés nunca les dará la espalda. Sus trabajos lo hacen feliz y hacen felices a los demás, ocasionando que él se sienta satisfecho con lo que ha hecho con su vida.


Inventor, ingeniero en audio, empresario y una persona con calidad humana son algunas de las características que forman a este personaje que podría pasar desapercibido en la calle como muchas de las personas que guardan en su interior ese factor que los hace extraordinarios.

miércoles, 1 de abril de 2009

La casa de los tubos

Por: Patricia Salazar


Ubicada en la zona privada de Contry La Escondida en el municipio de Guadalupe, frente a la iglesia Cristo de la Montaña, una construcción en forma tubular ha dado mucho de que hablar entre los regiomontanos y extranjeros.

La denominada “Casa de los Tubos” ha despertado polémica debido a las diferentes leyendas que se han formado en torno a ella. Pero las más sonada es de una familia conformada por tres: mamá, papá e hija; esta última con parálisis y, por esta causa, se encontraba en silla de ruedas. Por esta misma razón, su papá decidió hacer una casa para satisfacer y ayudar a las comodidades de ella.

Siete torres son las que conforman esta casa. Por dentro simula tener como túneles, ya que los pasillos parecen no tener un final; las escaleras en forma de caracol que marean y, por supuesto, ventanas enromes.

“Esta casa fue construida a principios de los 70’s y, desde entonces, está deshabitada”, comentó un vecino del sector (no quizo ser grabado, ni dar su nombre).
Debido a que está abandonada, muchos vándalos han hecho destrozos y algunos graffiti dentro de ella, así como quebrantar las normas de seguridad.

Elizondo contó un poco de la historia sobre la familia.

“Bueno, era una familia de tres; la hija se encontraba en silla de ruedas porque tenía parálisis, y su papá diseñó esta casa para su comodidades. Así ella podría moverse con más facilidad. Entonces vinieron un día para que la chica la conociera, pero fue ahí cuando sucedió el accidente. La joven, se acercó a la orilla para poder apreciar la vista que iba a tener en el que sería su cuarto pero quedó tan en la orilla, que con el movimiento que ella hizo para asomarse fue cuando cayó al barranco”, dijo mientras miraba hacia la casa, como tratando de imaginar lo que contaba.

Algunas de las otras leyendas que se cuentan acerca de esta construcción son la de que esa casa pertenecía a una anciana y, que por desgracia, falleció ahí. Otra es la de unos albañiles que murieron mientras estaban haciendo unos arreglos; una familia que visitó la casa con su hijo que tenía la misma edad que la niña para la que se había construido la casa; la de otro anciano que también falleció ahí; pero que su hijo vendió la casa por miedo a que este viejecillo se le apareciera; entre muchas otras más.

Don Roberto, el vigilante de la privada, dice que no ha visto nada paranormal o fantasmal, y que no le gustaría ver algo así.
“La mayor parte del tiempo la paso en mi caseta, porque tengo que cuidar la entrada, pero de vez en cuando salgo a dar un vuelta por ahí para verificar que todo este bien y ya me regreso” comenta.

Por parte de los vecinos no ha habido queja alguna respecto a la casa.
“Bueno, problemas sólo cuando entra gente que no es del sector, que se cuela por algunas veredas que están cerca de la casa. No les importa meterse aunque esté todo el hierberío ahí, o el montón de basura”, dijo Don Roberto entre risas.

Tanto jóvenes como adultos, incluso familias enteras, vienen a visitar la casa, sólo por la curiosidad de saber si se les va a aparecer algo o alguien, y siempre traen sus cámaras o simplemente con los celulares toman videos.

“Hay algunos casos en los que sí se ven sombras blancas en las fotos o en los videos y todos dicen que es el espíritu de la niña que falleció, pero a ciencia cierta no está comprobado”, dice Don Roberto.

Desde entonces, esta casa está rodeada de policías municipales para que nadie entre. Pero es tanta la curiosidad de las personas, ese morbo que todos tenemos innato, que no les importa que haya policías, como quiera entran con tal de vivir esta emocionante experiencia.


martes, 31 de marzo de 2009

Sin niños, mi vida no sería igual

Por: Sara Gallegos.


Con blusa celeste, su pelo corto y con rayos en el pelo, pantalón de mezclilla y unos zapatos negros con un poco de plataforma. Es niñera, que lo que mas le gusta es estar con los niños.

“No soy exclusiva de las familias, simplemente me hacen parte de las familia”, nos comentó Rocío, mientras Valeria, una niña a la que cuidaba, gritaba fuertemente.

Con esa cara angelical y con ese carisma, los niños la siguen. Muchos de ellos se ponen celosos de otros niños que pueda cuidar Rocío.

En su familia tiene 2 hijos y 2 nietos, los cuales cuida igual como si fueran sus niños.

Rocío se dedica a cuidar niños, porque eso es lo que le gusto siempre, desde que era una niña, jugaba a que tenia que cuidar niños y poco a poco se fue desarrollando y vio en ella que tenía que ser una niñera.

Sus estudios eran buenos en secundaria, preparatoria. Entró a la escuela de Educación, en donde la etapa que escogió fue Maternal.

“Con muchos niños he trabajado particular”, comenta mientras Valeria y Arath (niños que cuida particularmente) están jugando y gritando.

El trabajo que actualmente hace, le agrada. Es lo que mas disfruta, porque le encanta reírse y pasársela bien, comentó. “No me aburro, no tengo ni 1 minuto de estar aburrida, siempre me hacen reír y sí me desesperan, pero no me hacen enojar”.

Tanto Valeria, de 5 años, como Arath de 6 años, ellos hermanos, quieren a Rocío como si fuera su segunda madre. Si ella se va se ponen a llorar y de mal humor.
Aunque Vale y Arath son tremendos, Rocío los ama. Tiene trabajando con ellos 6 años, que en realidad para ella son sus angelitos endiablados.

Una vez mientras trabajaba en una guardería, había un niño que comía frijoles con plátano, una comida muy extravagante, pero a ese niño no le gustaba y se los devolvía a las demás niñeras, pero cuando Rocío se lo preparaba no había devolución, solamente con ella se dejaba.

“La educación en este ambiente de niños muy pequeños es muy importante, porque de aquí sale lo que le gusta de por vida al niño y que poco a poco va a traer recuerdos de ese niños hasta cuando este creciendo”, comentó mientras Valeria se salía del porche.

“Es difícil este tipo de trabajo, porque así como pueden llegar muy bien los niños a la guardería o a la casa, como pueden estar ardiendo de calentura y tengo que correr al doctor de emergencia”, comentaba mientas veía a Valeria.

La vida para ella es gratificante. Lo que hace no lo ve como un trabajo, lo ve como diversión, pues el amor que les da los niños no se lo da nadie más. Su vida es perfecta cuidado a niños.

“Como puedo estar cuidando a Valeria y Arath, como el fin de semana son otros dos que tengo que cuida”.

Es un pasatiempo, para ella, pues ya no trabaja en ninguna guardería, lo que le queda son trabajos particulares, en los cuales ya tiene más de 6 años trabajando.

Sus jefes, que son los papás de los niños que cuida, se convierten en compadres, en comadres.

A veces hace doble trabajo, porque mientras cuida a los niños, también se pone a recoger las casas, no lo ve complicado, pues sabe como entretener a los niños y los niños la saben obedecer “Aún que me jalen el pelo, me tire con ellos a jugar, saben muy bien cuando es hora de jugar cuando es hora de aprender, siempre trato de mezclar las cosas de la enseñanza cuando estamos jugando, es muy importante eso” comentó.

En los niños, Rocío, puede ver todo lo angelical que hay en ellos, pero también a tocado ver lo malo que son los padres. “Me ha tocado tener que enseñarles a los papás como les tienen que hablar, porque a veces están los niños asustados cuado llego a sus casas o cosas que no quieren hablar, es muy duró y muy cruel lo que les tengo que decir a veces a los papás” comentaba con una voz muy dura.

Su voz y su mirada hacia los niños, es mirada de tolerancia y de amor, las cuales son básicas para la educación en un niño.